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Día de los trabajadores de los “libertadores”

El día de los trabajadores de hace 60 años atrás pasó desapercibido por la portada del diario El Litoral. Ese día, lo más importante fue la puesta en vigencia de la Constitución de 1853. La conmemoración del día de los trabajadores pasó a páginas interiores y con mucho gozo por parte del diario por la ausencia de la palabra del “dictador”.

En 1955 El Litoral llevó en su tapa la reseña de la agencia APA sobre la inauguración de sesiones legislativas por parte del presidente Perón. Su discurso fue comentado al día siguiente: “emotivo y optimista”, dijo.

Agrega El Litoral en su análisis: “Al entrar en su décimo año la aplicación práctica de esta doctrina nacional, su conductor puede decir al Paramento que representa la voluntad popular, que el gobierno debe hacer lo que el pueblo quiere y defender un solo interés: el del pueblo”.


En páginas interiores, el vespertino da cuenta de los actos que el 1º de mayo se realizaron en la ciudad de Santa Fe. El acto se hizo frente a Casa de Gobierno, y participaron gremios de la CGT, las distintas ramas del Partido Peronista y las autoridades provinciales encabezadas por el interventor nacional Ricardo Anzorena.

Los cánticos que El Litoral recoge: “Perón sí, otro no, Perón sí, curas no”. “Uno, dos, tres, Perón otra vez”.

Luego del Himno Nacional y de la marcha “Los muchachos peronistas”, se escucharon los discursos de los representantes obreros y luego la retransmisión de la palabra de Perón. Al terminar el acto, el locutor anunció que el interventor, en consonancia con lo sucedido a nivel nacional, había decretado la suspensión de la enseñanza religiosa en las escuelas provinciales. La medida, junto a la prórroga del pago del impuesto inmobiliario, fueron “recibidas con aplausos y no pocos fueron los integrantes del público que se acercaron al palco oficial y felicitaron personalmente al señor Anzorena”.

Al año siguiente, todo había cambiado.

El 1º de mayo de 1956 fue puesta en vigencia nuevamente la Constitución Nacional de 1853 y esa fue la gran noticia para El Litoral.

Sobre el día de los trabajadores, en páginas interiores, destacaba el diario que no había habido un acto sino varios.

No fue la concentración dispuesta por una única entidad que respondía a las directivas del jefe de un partido político, que se cumplía a la misma hora en todas las localidades del país, para escuchar, después de un discurso sin mayor trascendencia de un orador local, la palabra siempre igual del dictador, pronunciada desde los balcones de la Casa Rosada en la capital federal frente a la plaza de Mayo ocupada por las delegaciones de los distintos gremios, cuya concurrencia había sido organizada con varios días de antelación, y donde se exhibían los mismos  carteles de adhesión a un hombre y uno a un ideal.

En cambio, en 1956, la vida era color de rosa. El peronismo  no existía, los peronistas tampoco para El Litoral.

Eran distintos partidos políticos (menos uno, aunque no lo dice) los que realizaron actos, pero “dentro de la paz, del respeto, de la libertad y la democracia” (para todos menos uno).

De los varios actos realizados el diario distingue el del Partido Socialista, por la presencia en la ciudad de Alicia Moreau de Justo. Es conocido que uno de los propietarios del diario adhirió fervientemente a las ideas de la izquierda gorila y que por su casa pasaron varios de sus dirigentes, por lo que no es extraño leer en sus páginas loas a esta izquierda que no tuvo empacho en pedir la desaparición de todo vestigio peronista del país.

Si no fuera porque los discursos que se oyeron hace 60 años siguen vigentes hoy en algunos dirigentes, darían ternura.

Por la juventud, por ejemplo, Luis Peirano dijo:

Después de 12 años de dictadura el Partido Socialista se dispone a celebrar el día de la clase trabajadora en este 1º de mayo libre, en una patria liberada y en un ambiente de plena democracia. Doce años de sufrimientos, privaciones, persecuciones, cárceles, torturas y destierro fueron soportados estoicamente, heroicamente por el pueblo argentino y en especial grado por los valientes luchadores socialistas que marca el comienzo de una nueva etapa de recuperación para la nación argentina

El representante gremial, Elvio Piccone, habló de la era peronista como un “régimen liberticida”, y celebró, en ese 1º de mayo, el “reencuentro fecundo con la libertad”.

Alicia Moreau de Justo, integrante de la Junta Consultiva Nacional, una suerte de Congreso ad hoc elegido por nadie, o, mejor, por su limpieza antiperonista, cerró el acto.

Según la dirigente, después de los años peronistas existían más ricos que antes. “Y si los nuevos ricos pueden ser un viajante de comercio o un fabricante de lata, todo ello significa una verdadera vergüenza, enriquecidos engañando al proletariado y convirtiéndose en un explotador, en un capitalista y en un parásito”. Fuerte.

Moreau de Justo, para cerrar, cuenta una anécdota. Dijo que en la Casa de Gobierno existía un cartel diciendo “No se reciben pedidos ni se dan empleos”. Vergüenza, dijo, le produjo. “Eso es reconocer que somos un país que no pensamos más que en el puesto público. Siempre es lo mismo. Cae un gobierno y el nuevo está asediado por los pedidos de puestos. No rige la capacidad, el escalafón, sino el buen placer de los que están arriba y que deben mantener su clientela. ¿Quién creó la burocracia? El dictador, sí, ¿pero quién fue a pedirle los puestos?


En fin. Me recuerdan una frase que no por conocida pierde vigencia. Contó Leopoldo Marechal que se hizo peronista cuando vio aquel desfile de morochos ir a rescatar a su líder. “Era la Argentina ‘invisible’ que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda”. 

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